Primeros pasos para la rehabilitación del edificio Gesa

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El ayuntamiento de Palma ha empezado a dar unos tímidos pasos para rehabilitar parte del edificio de Gesa, obra del arquitecto José Ferragut Pou.

Tras ocho años vacío, el inmueble estaba degradándose tanto por fuera como por dentro. Muchos cristales de su característico muro cortina están rotos y el interior también ha sido fruto del vandalismo, de la suciedad, del abandono y del paso del tiempo. Así puede comprobarse gracias a las fotos de algunos miembros del grupo de Facebook Lost Places Mallorca, fotógrafos aficionados a visitar y retratar edificios abandonados.

Aunque se tapiaron los accesos, entrar a Gesa no ha sido nunca muy difícil. El ayuntamiento hace años que utiliza el edificio como almacén (se guardan allí las urnas electorales y otros enseres) y en los últimos tiempos también como ‘tienda particular de muebles’, usando parte del mobiliario (algunas piezas diseñadas por Ferragut Pou y otras no) para amueblas otras dependencias municipales, como el Casal Balaguer, la sala de control de tráfico y despachos de Son Pacs, tal y como recogía esta noticia publicada en Diario de Mallorca por Aitor F. Vallespir.

Este mes de noviembre de 2016 por fin el Consistorio palmesano ha iniciado las labores de limpieza en la planta baja y en el primer piso. La planta de acceso que da a la calle Joan Maragall y que incluirá el salón de actos, se va a acondicionar para abrirla al público y que el ayuntamiento pueda llevar a cabo allí actividades comunitarias.

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Después se continuará con la limpieza de las otras plantas del edificio y se encargará un estudio de viabilidad para rehabilitarlo por completo. Para ello, el consistorio aspira a conseguir la intervención de la iniciativa privada, a quién se concedería el uso de tres de las once plantas del inmueble. Se convocará un concurso público para ello. Las empresas, siguiendo el espíritu de proyecto de fachada marítima que quieren impulsar diferentes entidades (Ayuntamiento, Govern, UIB, Colegio de Arquitectos…), deberán ser innovadoras y susceptibles de formar parte del ‘distrito digital’ que se pretende crear en el barrio de Nou Llevant.

Las cinco plantas restantes serán de gestión pública y sus usos también estarán relacionados con el distrito digital. Las plantas se irán abriendo al público según se vayan habilitando. Una vez que se haya recuperado la planta baja, solo faltará habilitar el módulo central de escaleras y ascensores y ya será posible acceder a la terraza, con lo que se despejaría el camino a la apertura de un hipotético (y rentable) bar restaurante con unas vistas excepcionales. La explotación se daría a una empresa privada, que sería quién debería asumir el gasto de la rehabilitación y acondicionamiento del espacio. Los ingresos que el consistorio prevé obtener por esta concesión se destinarían a continuar con la rehabilitación del inmueble. Aún pasarán muchos años antes de que la antigua sede de la compañía eléctrica vuelva a estar a pleno rendimiento.